Rutina Diurna
Vas por la vida divagando... Y vagando... Flotando... Fluyendo. Haciendo paradas de emergencia, ignorando el fresco del viento.
Suena la alarma, abres los ojos, te quejas porque no quieres pararte, más te paras porque no tienes opción. Alguien tiene que salvar al mundo así que te pones en pie sin más excusas. Sigues la dolorosa rutina. Vas al baño. Haces lo propio. Comes si tienes tiempo y te vas.
Le das la oportunidad a los medios de comunicación de informarte algo interesante en el camino, es más de lo mismo así que pones música, no hay música buena a esta ahora así que terminas buscando el listado que tienes quemado en el teléfono y pones la canción de siempre. Te entretienes por un momento pensando en si cerraste la puerta o si dejaste algo. Siempre esa sensación de que olvidas algo... Vas a mitad de canción y no la apreciaste, la vuelves a poner porque se te pasó la mejor parte. Estás cantando y llegas y no sabes cómo, porque realmente no estuviste atento en la carretera. Te da cargo de conciencia de que pudo haber pasado algo mientras pensabas en pajaritos preñaos. Miras el teléfono y das una última pasada en las redes sociales buscando algo chévere. Aunque sea un meme para robar que le dé un inicio jocoso a tu día, pero ya los has visto todo asi que optas mejor con un mensaje positivo para curarte en salud. Suspiras y te dispones a entrar al trabajo y ahí está. Sin aviso, sin explicación, te empieza a faltar el aire y sientes miedo. Miedo al miedo porque sabes que estás bien. Te confundes, no hay algo a qué aferrarte que te devuelva la cordura. La Paz se te resbala y tienes esos temblores o los imaginas. El frío y el calor... La ansiedad que no cesa pero estás en blanco. Sin darte cuenta estás llorando y aún no sabes porque para poder calmarte. ¿Cómo te calmas de algo que hace tu cuerpo, cuando tu mente te está bloqueando a ti, pero no a tus nervios? Comienza la terapia. Tu puedes salir de esto. Te puedes tranquilizar. Todo va a pasar. Todo se va. Todo fluye y comienzas a divagar... A flotar... Dejas de llorar. Te acomodas el pelo, la ropa, te limpias la cara con cuidado para no arruinar más de lo que ya arruinaste con el tantrum y te bajas. Y así comienza el día.
Comments