La flor más bella

Voy muriendo, más no te digo nada. Eso de andar por la vida contando mis secretos, no se me da muy bien. Las hojas de los árboles caen sin advertirle a nadie que se aproxima su desnudez. No te sorprendas cuando caiga y me una a la tierra. Si algún día el sol ilumina tu rostro aunque sea dos segundos por mi ausencia... Búscame en el bosque más cercano, cerquita de un arroyo. Seré la flor más bella. Esperaba que una abejita me polinizara y compartiera mis semillas con el mundo. Que mi proceso no terminará en este viaje lento al marchitarme y que la luz y el agua me balancearan aunque se trate de un proceso natural; deseaba tener más tiempo. Las mariposas que me visitan me cuentan cosas, me hacen chistes, siempre tienen cosas graciosas. Dicen que es mejor secarme a qué me arranquen sin raíz, que moriría de inmediato. Y que razón tuvieron las bandidas, alguien me vio y quiso poseerme de una manera que me arrastro de mi arroyo y me plantó en su mazeta. Me puso una tierra que no conozco, me baño con perfumes extraños e intento decirme palabras bonitas. Me cambio todo lo que conocía. Me puse tan triste que me empecé a debilitar. Me presentaron a mi viejo amigo el sol pero este me quemaba. Me quisieron dar agua y me ahogaba. Me dijeron muchas palabras lindas que deje de escuchar. Esta es mi última historia antes de expirar. Las abejitas lo intentaron pero esa extracción violenta no dejo que mi raíces aceptarán mi nueva realidad. Me destrozaron los pétalos antes de mudarme, me tiraron excremento pensando que me haría bien. Un gusanito ha empezado su trabajo, ya me rompió mi hojita favorita. No hay fotosíntesis que me salve.