La loca

Pocas son las veces que el arte quiere escaparse de mi a toda costa.  Con esa urgencia y esa rabia de hacer grandes cosas, Se van agudizando los sentidos y las ideas brotan una tras otra.  Que bonito es respirarte en la nuca aún sabiendo que estás rota.  Me miras de manera suspicaz aunque sigo siendo esa loca...

Doy un salto de puntillas en el césped porque no quiero que se arruinen mis zapatillas. Hago de pucheros y caras raras mientras me concentro. Ocasionalmente miro mis dedos como si en ellos fuese a encontrar el secreto más grande del universo... Porque si, sigo siendo esa loca...

Aveces me siento como una doncella envejecida tejiendo sin hilo, moviendo las agujas como parodia televisiva. No le encuentro el sentido. De pronto muy alto, de pronto en el suelo, pero nunca contigo. 

Mi cielo se une con tu noche, como una primavera con las flores, solo la parte linda, sin las alergias, pues siempre te tomas tus medicinas antes de tocar mi puerta. Me gusta bailar cuando no me miras y me gusta cantar cuando estoy sola, escribo frases cortas en los recibos y los aprieto en una pelota en mi cartera. 

Tocas esas partes de mi que me estremecen solo por ver cómo tiembla mi voluntad cuando apareces. Y aguanto el aire, ya no respiro, mi mente vuela y se cierra al olvido. Estoy huyendo constantemente, asumiendo consecuencias del querer ser libre. Arrastrada una y otra vez por mi elocuencia. Siempre encontrando a última hora la escapatoria. A fin de cuentas soy la loca y me despido... Porque aunque siempre encuentre como salirme con la mía, como saciar esa rabia que me irrita y me controla, guardo con pinzas esa euforia y esa riña... 

Andando de a puntas, se va la loca.