Todos somos bipolares.
Bipolar por una colérica de corazón.
Al final del día, de alguna manera u otra, todos buscamos la aceptación. No tengo muy claro el porqué lo hacemos o más bien, a qué se debe esa tendencia, dado que cuando nacemos, ya venimos con toda esa memoria chévere para ser capaces de ser extraordinarios... O al menos a eso aspiro yo. Todos los años ando persiguiendo algo que me inspire. Es algo imaginario y A veces triste, pero les advierto que si usted ha llegado hasta acá pensando que siempre lo que va a leer aquí son cosas bien bonitas, es momento de revaluar el contenido de lo que quiere curtirse. (No sé si me inventé la palabra, pero ustedes me entienden) Digamos mejor, nutrirse, en el buen español. Lo encomio a que cierre todo y que busque algo más grato a su intelecto... aún está a tiempo. Aquí encontrará de todo. Desde mis vómitos mentales (y que son frecuentes) hasta gotitas del saber aprobadas por la FDA. (Federación Desorganizada Amena) es decir, por mi. Veran que pierdo el hilo fácilmente, que mis ideas comienzan muy brillantes como para conquistar al mundo pero que soy más bien como Pinky con el coeficiente de cerebro y la estatura también... Pero dejemos de divagar una vez más.
Lo que realmente quiero demostrarles es como el estigma de ser bipolar nos marca a todos los seres. Tenemos dos polos, somos positivos o negativos. Y tal cuál me encanta fingir que hay una zona gris para ello. Lo sentimos todo. Somos muy humanos y antes de que convierta esto en un escrito de ciencia-ficción les explico el porqué: Fuimos creados para sentir. Y aunque nos falte empatía y ese deseo de ser buenas personas, aquí estamos sintiéndolo todo... Porque aquel que está lleno de odio y rabia no es capaz de decirme que aunque todo lo que estoy diciendo puede ser clichoso y cursi, no es una mentira. Al movernos los sentimientos, al estar impregnados de pensamientos que van conectados a todo nuestro sistema nervioso, somos capaces de mostrar emociones muy fuertes. El efecto dominó donde por algo que no me gusta yo siento y reacciono, comienza con el contacto insignicante de todo lo que me rodea. Por lo tanto, habiéndole dicho todo esto, Somos bipolares porque sentimos cosas buenas y sentimos cosas malas. La pregunta es en cuál hemisferio emocional me quiero quedar y con cuál se identifica usted.
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