Las pilas

Siempre me ha parecido fascinante la función del cerebro. Por eso esa película de Disney, "Inside Out" me gustó tanto. Creo que voló mi imaginación grandemente. La capacidad que tenemos para amar tanto a alguien como para perdonarlo una y otra vez es algo que aunque nos hace lucir muy tontos, también nos hace ver lo complejos que somos. Mucha gente se canta como difícil, impertinente, amargada y con muchas otras características negativas basándose en el que "a mí el que me quiera, que me quiera como soy, yo no voy a cambiar por nadie" pero pierden de perspectiva que cuando realmente uno ama, hay que hacer sacrificios. Claro, que esto es algo que retunda en el compromiso de las relaciones. (Pero de esto hablaremos en su momento) Y digo relaciones porque no es sólo una mera cuestión de pareja. Las relaciones interpersonales con todos los que nos rodean, en el trabajo, con la familia, con los desconocidos, en fin con todo el mundo, es lo que forja naturalmente, las interacciones humanas, es lo que nos afecta directamente a primera instancia. Ahí viene lo que les mencioné de que lo sentimos todo y que somos bipolares. Debemos dejar el orgullo y el egoísmo para poder dar paso a la felicidad. La razón es más que obvia, pero si no hacemos las cosas por amor, por qué nos nacen del corazón hacerlas, jamás lograremos conectar genuinamente con otra persona. Ustedes pueden decir que ya vengo con el sermón del caos y de la ciencia, pero no es asi. El punto que quiero llegar es que si queremos ser felices hay que hacer como el refrán. Dando y dando, pajarito volando. Las cosas se trabajan, no podemos preguntarnos porque no nos funcionan las cosas si no ponemos empeño. Las cosas no suceden por arte de magia, hay que meter mano para que funcionen y esto señores, se aplica para absolutamente todo en nuestra vida para nuestra desgracia. Las cosas no suceden porque simplemente uno las desea y ya. Hay que dar del ala para poder comer de la pechuga. No esperemos que un milagro como el que le sucedió a Marimar toque a nuestra puerta. Levántese temprano, póngase las pilas, de su brazo a torcer de vez en cuando y verá como las cosas mejoran. 

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